El pasado 26 de Noviembre, alrededor de las 14:00 salíamos rumbo a Valencia desde Madrid, horas antes desde Cartagena ya lo habían hecho nuestros compañeros y amigos Alberto y Cristina. Por delante el primer objetivo de la temporada. Una vez hospedados en el hotel tocaba el paseo de rigor para estirar las piernas después del viaje y aprovechamos para ir a la feria del corredor y así recoger nuestros dorsales. Con el dorsal en la mano y tras mucho batallar con la organización para que nos acomodasen en el cajón de salida adecuado nos reunimos para cenar y comentar los últimos entrenamientos y hablar de la carrera. Mientras los chicos hablaban de bajar de 32 minutos y hacían la quiniela sobre el puesto en el que cruzarían la línea de meta. Cristina y yo hablábamos de mi objetivo, este más popular, el de bajar de 48 minutos y el que me había impuesto mi entrenador personal Cortés.
Amanece para nosotros a eso de las 06:45 a.m., ya es 27 de Noviembre, por fin es el gran día. Después de desayunar, preparar la mochila y revisar que no se nos olvida nada salimos para el circuito. Conforme nos vamos acercando a las inmediaciones ya se empieza a notar el gran ambiente en el que iba a transcurrir la carrera. Llegaba el momento de calentar y menos mal que tenemos a la mejor y más simpática utillera y fotógrafa, Cristina (novia de Alberto y que se escapo por poco de acompañarme en la carrera). Tras el calentamiento nos reunimos todos de nuevo en el punto de salida para cambiar de zapatillas y ponernos la ropa de competir. Una vez listos cada uno va a su cajón de salida Cortés y Alberto al azul perteneciente a la élite y yo al amarillo, a este cajón lo podríamos denominar “el intermedio”. Mientras esperaba la salida miraba a mi alrededor y me parecía espectacular la cantidad de gente que había congregada tanto para la maratón como para los 10 km. Durante esa espera pude descubrir cosas novedosas para mí , ya que pude ver a personas enfundadas en bolsas de basura a la espera de que diesen la salida, y lo primero que pensé es que irían a correr disfrazados, y no fue hasta el final de la carrera cuando me enteré que lo hacían para no enfriarse en la espera.


Recogido el trofeo, era la hora de contar las batallitas de la carrera y la verdad es que me sorprende como se ve la carrera a ritmo de 3:10 el kilometro y a ritmo de 4:35. Mientras que yo había disfrutado de la música de los grupos de rock al pasar y de los pitufos que animaban la carrera, los chicos no habían visto nada de eso. Mientras yo disfrutaba de correr rodeada de gente a la que engancharme para llegar antes a meta, ellos solo pensaban en que cada vez iban más rápido y ninguno de los atletas que formaban el grupo de cabeza se descolgaba. Mientras que Cortés decía que iba haciendo “la goma” y que al coger la cuesta abajo se suicido y todavía tenía por delante 500 metros, yo pensaba en la emoción y la alegría que había sentido en esos últimos 500metros. Mientras que Alberto decía que se había encontrado de lujo en toda la carrera, Cortés decía que Alberto había sido muy valiente estando al frente del grupo en todo momento y que él no se había encontrado nada cómodo.

2 comentarios:
ha sido una grata sorpresa el saber que dispones también de un Blog. Para mi a partir de hoy será página a visitar y a tenerla en cuenta entre mis favoritos en mi Blog.
Un fuerte abrazo y te deseo todo lo mejor en tus competiciones.
http://cicloindoorpersonaltrainer.blogspot.com/
Enhorabuena a todos! Me ha gustado mucho leer vuestras experiencias y saber que os va tan bien. A seguir así. Un abrazo.
M.Zamorano
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